Leo el ensayo "El desamueblamiento" de Cristina Rivera Garza publicado en la revista Nexos y me ha agradado mucho. Aunque, por otro lado, me ha incomodado.
Me gusta la forma como Cristina Rivera Garza entreteje sus descripciones, deslizando el sentir y el pensar con la misma fluidez que lo hace el aire en los espacios vacíos, con una extraña libertad que, sin embargo, parece queja de encierro.
Me incomoda la visión distorsionada de la austeridad artificial y artificiosa. Leo cada línea y me distraigo volteando a ver en derredor mío. Mi casa no está desamueblada, al contrario, incluso tengo la presencia de muebles ajenos pues la necesidad me ha llevado a alquilar algún rincón a cierto vecino para que guarde ahí su mobiliario de oficina. Gracias a eso a veces mis gatos y yo comemos. Pero, esta pandemia y esta recesión tienen atorados en cadena los pagos tanto de mi inquilino a quien le alquilo un cuarto y en una parte de la sala tiene también arrumbadas cajas con trebejos y algún mueble que duerme el sueño de los justos. Y este vecino también se ha visto en la necesidad de aplazar sus abonos, por lo que la sombra del hambre, ya no de la austeridad, ha asomado su rostro y entra transportada a horcajadas de las cucarachas que vienen de la calle. Y se funde con las sombras del polvo acumulado y pretende dar carácter a los muebles viejos que hacen de mi casa mi guarida.
Si hoy yo viviera así, en una casa vacía, me sentiría quizás menos deprimido, menos ahogado. La precariedad sería la nada diaria. Pero, en medio de mis libros y muebles de hoy, la precariedad se alía con los peces plateados y se divierte entre los resquicios recordándome que se puede vivir jodido y aun así contento.
Si hoy viviera así, en una casa vacía, tal vez estaría estresado a cada momento, angustiado por la falta de ingresos y alimentos, y el eco sordo de mis pasos o de los ruidos callejeros entrando por las ventanas como intrusos invasores me estarían recordando la nausea de existir.
Miro de nuevo alrededor. Mi casa no está vacía. Sí, hay cosas. Muchas. Muchas ya no tan útiles. La mayoría de lo que queda todavía guarda la finalidad que la define. La mayoría está impregnada de recuerdos aún más que de pátina o polvo o pelusa de gatos que halla en las superficies un sitio donde trenzarse en caprichosas volutas. Y aun así, el silencio me revela que la casa está vacía, a pesar de mi presencia; a pesar del inquilino; a pesar de las travesuras de mis mininos. Por que no está ella, la que llenaba toda mi vida. La que era mi razón de existir. Por que no ha llegado ella, la otra, la que podría hacer el complemento y la complicidad de mis días.
Si bien Rivera halla en el vacío la calma, una casa vacía es también la seña inequívoca de nuestra vulnerabilidad existencial. Nuestro corazón, nuestra mente son los albergues de lo bueno y lo malo, de lo triste y lo alegre. Y a veces pueden ser como esa casa vacía donde el eremita medita su relación con lo divino; donde los espíritus inmundos buscan refugio y hogar.
Como escritores, Rivera y yo entendemos de exorcismos. Cada línea que escribimos supone la expulsión parcial o total de algún demonio; pero, también, puede ser la invitación a uno o más de ellos para habitar el vacío de nuestra alma en un afán por confortarnos de las iniquidades a que la soledad impuesta por la circunstancia nos puede llevar en ocasiones.
Virginia Wolf, sin ser la primera en hacerlo, destacó la importancia de la habitación propia para el escritor. No es lo mismo una habitación que una casa entera donde cada cuarto encierra un sonido, olores distintos, luces y sombras diferentes, y no se diga si la casa es nueva o vieja, las vibraciones normales y paranormales también son variadas.
En mi casa hay un portal al otro mundo. De eso escribiré en otro momento. Por lo pronto concluyo que la experiencia de la casa vacía puede concebirse de manera racional, examinarse como un fenómeno con incidencia en el comportamiento y más allá de la evidencia arquitectónica o decorativa. O puede mirarse desde la perspectiva poética y desatar la metáfora de lo que habita en el fondo de cada cual, de lo que repta por la piel de nuestro cuerpo, este peculiar domicilio de lo que somos entre la realidad y el sueño.
Dicho todo lo anterior, con este texto abro la puerta de esta casa y mi templo de la mirada verde en franca calidad de blog donde recopilar lo que me es propio como escritor. Lo que no cabe en mis Indicios Metropolitanos. Ni en mi blog de poesía ni en el dedicado a mi familia.
Hoy decido desamueblar mis blogs en tanto casas, para achicar la carga; pero, también para agrandar el espacio. Así desde hoy este blog originalmente pensado como mi casa, marquesina y aparador desde donde mostrarme como el escritor que me considero, como me defino y entiendo, mera página web fría, de perfil vacuo, de "imagen corporativa e institucional", la vuelvo la bodega de mis peregrinas ideas literarias y dejo para espacios muy puntuales lo que ya pertenece a un orden concreto. Mi casa tiene seis habitaciones y esta desde ahora es el recibidor. ¡Bienvenido a mi casa con todas su nostalgia y con toda su dicha! Que la calma no te agobie ni el aparente desorden.
Mmm
One less bell to answer
One less egg to fry
One less man to pick up after
I should be happy
But all I do is cry, cry
No more laughter
Oh I should be happy (Oh why did he go)
I only know that since he left
My life's so empty
Though I try to forget
It just can't be done
Each time the doorbell rings
I still run
I don't know how in the world
To stop thinking of him (I should be happy)
'Cause I still love him so
I end each day the way I started (Start and end each day crying)
Crying my heart out
One less bell to answer
One less egg to fry
One less man (One less man)
To pick up after
No more laughter, no more laught-
Since he went away (Since he went away)
Since he went away
Mmm
A chair is still a chair
Even when there's no one sitting there
But a chair is not a house
And a house is not a home
When there's no one there
To hold you tight and no one there
You can kiss goodnight
A room is still a room
Even when there's nothing there but gloom
But a room is not a house
And a house is not a home
When the two of us are far apart
And one of us has a broken heart
Now and then I call your name
And suddenly your face appears
But it's just a crazy game
And when it ends, it ends in tears
So darling, have a heart
Don't let one mistake keep us apart
Oh, I'm not meant to live alone
Turn this house into a home
When I climb the stairs and turn the key
Oh please, be there still in love with me
One less bell to answer
Each time the doorbell rings I still run (One less egg to fry)
I'm lucky I got one less man (One less man)
To pick up after
No more laughter (No more laughter)
No more laugh-
Since he went away (Since he went away)
Since he went away
All I do is cry