Si hay algo que da gusto, emoción y hasta euforia a quienes escribimos en medios como este, eso son los comentarios, aislados o no, de los visitantes y lectores que se toman la molestia, el atrevimiento, hacen la deferencia de asentar algunas pocas palabras ya de crítica, de vapuleo o aliento. En ocasiones, algunos de esos visitantes y lectores --hago la distinción porque no siempre son lo mismo-- son, como uno, autores que han encontrado en este medio el modo más adecuado en principio para darse a conocer.
Internet es un escaparate, ni quien lo niegue. Y esto para bien y para mal. En este aparador encontramos de todo, lo mismo bazofia que margaritas para los cerdos (como diría Kant). Todos nos erigimos en críticos opinadores, sabihondos mequetrefes o degustadores espontáneos, villamelones o expertos. Haciendo y deshaciendo creamos un mundo alternativo que hace las veces de espejo del que habitamos consuetudinariamente. Así, a querer o no, construimos el poema de la vida.
En aquel automóvil cuyas formas tomaron días de insomnio a su diseñador; en ese proceso administrativo que reduce costos; en la composición musical de allá o el discurso literario de un adolescente hay poesía. Una poesía que espera ser leída.
Del griego poiesis, significa creación y el concepto aplica originalmente a todo tipo de creación, lo mismo al edificio que al trazado de una carretera. Los grados de utilidad no merman la poesía que sustenta a las cosas que son producto de nuestra creatividad humana. Por eso resulta triste, muy triste, que la considerada como tal de modo específico, la composición literaria con forma de soneto, lira, con métrica, rima o construcción "libre", no sea suficientemente leída y elogiada. Pero, ¡qué nos extraña! Si la poesía diaria nos pasa desapercibida, qué pueden esperar un terceto o una décima.
Estas consideraciones vienen a cuento, porque creo que no sólo resulta honorable y decente sino justo remitir de vez en vez a sitios como Fragmentos como Retazos. ¿No es una maravilla? ¿No es lo máximo? ¿No es honesto? ¿No es perfecto? Lo que sea o deje de ser, sin ánimo de calificar o de andar con la odiosa tarea de cazar pulgas (así se denomina en el argot de la correción de estilo a la búsqueda de errores), el sólo hecho de plasmar el sentimiento en una superficie y dejar que fluya el río de palabras ya es digno de elogio. Vaya pues nuestra retribución a este amigo identificado como "Tristán" y que nos ha llenado de gozo al compartir sus versos. Ya cada quien podrá hacernos llegar su opinión o, mejor aún, dejará su respectiva huella en el área de comentarios allá o acá.
Internet es un escaparate, ni quien lo niegue. Y esto para bien y para mal. En este aparador encontramos de todo, lo mismo bazofia que margaritas para los cerdos (como diría Kant). Todos nos erigimos en críticos opinadores, sabihondos mequetrefes o degustadores espontáneos, villamelones o expertos. Haciendo y deshaciendo creamos un mundo alternativo que hace las veces de espejo del que habitamos consuetudinariamente. Así, a querer o no, construimos el poema de la vida.
En aquel automóvil cuyas formas tomaron días de insomnio a su diseñador; en ese proceso administrativo que reduce costos; en la composición musical de allá o el discurso literario de un adolescente hay poesía. Una poesía que espera ser leída.
Del griego poiesis, significa creación y el concepto aplica originalmente a todo tipo de creación, lo mismo al edificio que al trazado de una carretera. Los grados de utilidad no merman la poesía que sustenta a las cosas que son producto de nuestra creatividad humana. Por eso resulta triste, muy triste, que la considerada como tal de modo específico, la composición literaria con forma de soneto, lira, con métrica, rima o construcción "libre", no sea suficientemente leída y elogiada. Pero, ¡qué nos extraña! Si la poesía diaria nos pasa desapercibida, qué pueden esperar un terceto o una décima.
Estas consideraciones vienen a cuento, porque creo que no sólo resulta honorable y decente sino justo remitir de vez en vez a sitios como Fragmentos como Retazos. ¿No es una maravilla? ¿No es lo máximo? ¿No es honesto? ¿No es perfecto? Lo que sea o deje de ser, sin ánimo de calificar o de andar con la odiosa tarea de cazar pulgas (así se denomina en el argot de la correción de estilo a la búsqueda de errores), el sólo hecho de plasmar el sentimiento en una superficie y dejar que fluya el río de palabras ya es digno de elogio. Vaya pues nuestra retribución a este amigo identificado como "Tristán" y que nos ha llenado de gozo al compartir sus versos. Ya cada quien podrá hacernos llegar su opinión o, mejor aún, dejará su respectiva huella en el área de comentarios allá o acá.
Mea culpa, tampoco yo leo poesía. Recuerdo con nostalgia la agradable lectura de "Platero y yo", que hacíamos en el colegio. De todas formas no es raro, porque la poesía necesita un estado de ánimo y una sensibilidad poco acorde con una época loca que nos ha tocado vivir, y donde perdemos el tiempo intentando aprovecharlo al máximo.
ResponderBorrarMe resulta facinante (no se si es con "s" o con "c", pero eso da lo mismo) poder compartir y crear redes de dialogo a travez de estos medios de comunicacion, a veces tan terroristas como tan angelicales.
ResponderBorrarAgradesco a tan sensato escritor como lo es Jose Antonio de la Vega Torres, por realizar tiempo para la comunicacion entre poetas, y por sobre toda las cosas por mover los hilos de nuestras propias marionetas internas(ahora la mia esta sentada fumandoce un ciggarrillo).
Creemos un estado virtual (por el momento)de poesia...aaaa...!!!!
ESPERO QUE SEAMOS MILES Y QUE NOS MULTIPLIQUEMOS COMO UNA INFECCION DE BUENA CASTA Y LETRITAS...!!!
Saludos
Tristan