Sirva la presente publicación a modo de disculpa para nuestro lector Augusto Díaz-Riverón, Doctor en Filosofía. crítico de arte y profesor de literatura en San Diego California, quien hacia fines de diciembre tuvo a bien considerarnos para recomendar el libro de relatos Por culpa de Candela, de la autora cubana Teresa Dovalpage de quien hemos incluido ligas y reseñas en el pasado.
Por razones puramente personales (que la mayoría conoce luego de leer textos nuestros en Cadena de Lectores) no habíamos podido incluir su reseña sentando un mal precedente en su sorpresa, pues aun cuando nuestra respuesta a su solicitud fue suficientemente rápida, no lo fue igualmente la publicación de la misma. Pero, como dice el dicho, más vale tarde que nunca.
Las caras humeantes de la Cuba de hoy: Por culpa de Candela
La editorial Floricanto Press puso a la venta recientemente una colección de relatos, Por culpa de Candela, de la escritora cubana Teresa Dovalpage. Aunque su autora no lo dividió, el volumen podría separarse en dos partes claramente diferenciadas: Cuba vista desde los Estados Unidos ("La Yuma", como suelen decir los narradores) y Cuba desde Cuba.
La primera parte la abre la historia que da título a la colección, en que dos amigas planean cómo sacar a otra de Cuba. El final, que no cuento para no estropear la lectura, confirma el cínico dicho de "nunca hagas un bien, no importa a quien".
En el relato intitulado "¿Corruptora de menores, yo?", una abuela cubana viaja a Chicago y se mete en un laberinto sexual con su nieto postizo, en un enredo lúbrico amenizado con aires de la zarzuela La Corte del Faraón. La autora parece tener predilección por las zarzuelas porque ya en su novela Muerte de un murciano en La Habana (finalista del premio Herralde, 2006) y comentada en este espacio (clicar en vínculo) tiene como fondo dramático otra de estas piezas de teatro musical, Los Gavilanes.
Las mujeres son casi siempre personajes protagónicos en la obra de Teresa Dovalpage, aunque generalmente poco afortunados. En "Literatura femenina", una estudiante de doctorado en literatura (esperamos que no sea autobiográfico este cuento, comenta le amigo Díaz-Riverón cuya redacción hemos tomado casi integramente) descubre la traición de su novio, quien la engaña con su mejor amiga. Pero "Si a tu ventana llega una paloma" es, a juicio de Díaz-Riverón, la mejor lograda de las historias de la primera parte. Contada desde tres puntos de vista (madre soltera, su hija y un narrador en segunda persona) refleja el regreso a Cuba de una nila de once años en busca de su padre, con un sorprendente final.
De la segunda parte, "Visa poética para Chihuahua" recrea el intento imposible de una cubana por conseguir una visa para México. Otros relatos tratan sobre la salida de miles de cubanos por el puerto del Mariel en 1980, las escuelas cubanas donde los niños aprenden a "ser como el Che Guevara" y lo que pasa en ellas. El preferido de nuestro amigo Díaz-Riverón es, sin embargo, el último, "La virgen se llama Juana", que recuerda la trama de Arsénico y Encaje antiguo (Arsenic and Old Lace, la comedia teatral escrita por Joseph Kesselring y llevada al cine en 1944 por él y Julius J. Epstein, bajo la dirección del gran Frank Capra, y con la actuación del simpático Cary Grant a la cabeza de un magnífico elenco). Aquí tres ancianas, no tan locas como parecen a primera vista, se vengan del afán explotador de turistas incautos.
Apunta nuestro buen amigo reseñador que, comparada por el autor chileno Roberto Ampuero con Cabrera Infante, Teresa Dovalpage es sin dudas una voz que se alza clara y fuerte en la literatura cubana de hoy. Su sitio en la red puede ser visitado, contiene material bilingüe y enlaces a varios de sus cuentos y artículos.
A nosostros sólo nos falta añadir que hemos visitado el sitio, y aun cuando no hemos revisado suficientemente la obra de Teresa Dovalpage, lo que hemos leído es digno de los artículos que hemos dedicado en este nuestro Elogio de la Lectura.
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