¡AMÉ ESTE VIDEO! Lo circularé hasta el hastío, porque sé que será muy útil a muchos de mis seguidores, muchos de ellos ex alumnos a los que les sugerí en la materia de Lectura de Comprensión este entre muchos otros métodos, algunos de los cuales también se enfocan en la lectura rápida.
Hace años hacía mis cuadernos de lectura, por motivos iguales y distintos. En cierto modo lo sigo haciendo aunque ya no con la misma calma y dedicación, porque escritor como soy, llegó un punto en que tenía que leer más rápido y en abundancia para conformar los textos que escribía para el periódico, primero, y mis blogs, después, y dar tiempo también para la redacción de guiones de radio y televisión, así pasé de hacer cuadernos de lectura a simplemente subrayar y marcar los libros y en las páginas de cortesía de comienzo y final hacer mis anotaciones, o hacerlas marginalmente. Todo lo comencé cuando elaboraba mi tesis de licenciatura, muy metódico, con fichas y cuadernos y lo continué luego para mi gusto y profesión. Llegó un momento en que me abrumó la cantidad de material recopilado y caí en cuenta que al final los cuadernos, como el diario íntimo, tienen como principal lector uno mismo. Entonces comencé a cambiar el enfoque para que, cuando yo no esté, si a alguien le interesan, propio o ajeno, pudieren también percatarse de mi proceso creativo, de los temas que me definen como persona, lector y escritor.
Llegué hace algunos años a la conclusión de que la industria editorial y de medios se ha preocupado demasiado por generar los productos, libros, telenovelas, series, documentales, filmes, etc., pero ha hecho muy poco por desarrollar el oficio que les permitiría ser aún mejores: el oficio de lector.
Con mi oficio de escritor hoy tengo claro que son dos oficios distintos, complementarios sin duda, pero cada uno tiene objetivos distintos. Hoy tenemos muchos escritores, pocos lectores (de calidad). No ha disminuido la lectura, los modernos medios y tecnologías como internet la han potenciado, pero distrayendo los objetivos fundamentales. La capacidad de análisis crítico e imaginación han quedado supeditadas a la efeméride y el apunte efímero, volátil, sujeto al prurito del consumidor.
Deseo de todo corazón que haya más lectores de oficio, para que los que además abrazamos el oficio de escritores tengamos de veras un mercado sólido, definido por razones mejores que solo utilitarias.
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