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viernes, enero 28, 2022

Calima en proceso



Escribir mi mega saga Calima ha sido toda una aventura en sí misma y no exenta de obstáculos y dificultades. Haber tenido la ocurrencia de dar vida de una vez y simultáneamente al conjunto o casi totalidad de ideas y proyectos que tenía guardados en el cajón  puede parecer una locura, sobre todo si se piensa que en su origen cada idea y proyecto surgieron de manera independiente. Hacer tal propuesta entonces ha significado un esfuerzo creativo por hallar probables puntos de conexión entre los proyectos dispares y trazar todo un entarimado para que, como un todo, cobren en la unión coherencia y congruencia.

El proyecto más difícil en este sentido es el relativo a la biografía de mi familia que se conecta con mi blog A la sombra del azufaifo y donde voy rescatando anécdotas familiares, retratos que justifican no nada más mi existencia sino los roles que, en vida y de manera real, los parientes que me rodean tuvieron en ciertos momentos de la historia de México. Sé que puede parecer petulante, pero mi único afán es honrar la memoria de aquellos que, en su gran o menor medida, no solo me definieron como persona, sino contribuyeron a hacer de este mi país lo que es hoy, más para bien que para mal, y cuyo legado no tendría que quedar en el olvido de las generaciones venideras de mexicanos, no solo de la familia, sin que esto implique un grosero menosprecio por lo que otras familias distintas de la mía hayan podido hacer por su parte, en su derrotero.

Dentro de Calima, el proyecto de la biografía familiar hace el denominado mundo o libro cuarto. Su dificultad presenta varios niveles. Para empezar los propios de la misma biografía al recabar la información, capturar las anécdotas, precisar los datos de nombres, fechas, lugares, documentar. Por otro lado, contar la historia, hallar el punto de vista o los puntos de vista desde los cuales narrar y describir los hechos, los dichos, encarnar a los personajes investidos tanto de ficción como de realidad, con total verosimilitud empero sin menoscabo de la imaginación y la memoria. Como dicen muchos biógrafos o celebridades como Gabriel García Márquez o Pablo Neruda en sus autobiografías, la vida se cuenta y descuenta según se recuerda y aquí, gracias a las grabaciones y entrevistas y apuntes que realicé guardo las perspectivas individuales y de conjunto de mis familiares directos, aunque también no deja de ser parcial y sujeta a los vaivenes de la memoria individual de cada quien, por lo que debo llenar los vacíos con investigación al efecto y ello lleva tiempo, ha llevado tiempo, mucho tiempo desde que comencé el proyecto hacia mediados de la década de los noventas del siglo pasado.

Además de esas dificultades propias del género, se han sumado las respectivas de mi ocurrencia de sumar el proyecto a una saga fundamentalmente de ficción, así que el principal problema es cómo ligar, seguido de cómo retratar a los personajes y sus situaciones sin romper la idea de la ficción, así como de qué manera plantear la ficción para que no pierdan verosimilitud los personajes y situaciones reales.

Lo anterior me ha tenido dando tumbos, rompiéndome la cabeza, hasta que una imagen vino a mi cabeza a partir de una de mis aficiones más queridas: el tejido en telar.

Con esa imagen en mente he ido llevando y trayendo el proyecto en su estructura hasta conseguir una metáfora general que permite incluir cada proyecto dentro de un gran todo que es Calima, y ello implica claro a la biografía familiar.

El principal objetivo al recurrir técnicamente a esta metáfora es cuidar la integridad de la mega saga como proyecto sin distorsionar demasiado las ideas básicas que detonaron los proyectos individuales, de manera que puedan ser leídos de forma independiente, pero además como parte proporcional de un universo mayúsculo.

Un tejido se conforma fundamentalmente de dos partes: la urdimbre, que forma la base estructural en la que se formará el canvas o la malla o tela, el texto o tejido. La raíz etimológica es la misma del indoerupeo teks-, con el supuesto significado (redundante), según algunos filólogos de habilidad para tejer, fabricar con hacha (si consideramos que las hachas primitivas se hacían a partir de anudar con cuerdas tejidas mediante fibras naturales o animales el filo a ramas trenzadas), raíz que sirve también para derivar el vocablo tecnología y otras relacionadas.

Se teje por lo general, aunque no como regla indiscutible, de izquierda a derecha y regresando de derecha a izquierda, de abajo hacia arriba preponderantemente, yendo y viniendo en la introducción del hilo (en este caso de sucesos) los que se van trenzando, cruzando con las líneas de la urdimbre, por arriba y por abajo de los hilos. En este caso mío, cada hilo de la urdimbre se corresponde con un mundo o libro o proyecto de mi cajón, en total de 45 a 48 (sin contar ensayos, dramas y poemarios). Me he ceñido a un número non para apegarme a la norma básica del entramado pues en el retorno de cada trama se espera la presencia del reverso. Cada mundo implica una historia individual, sí, pero también un contenedor de las tramas y subtramas que dan forma, color y solidez al conjunto tejido. Así, cada cruce de trama-urdimbre se corresponde ya con una escena, capítulo o episodio individuales en el desarrollo. Eso lo explico en la página de actualizaciones en el blog de Calima en lo relativo a los cambios sobre etiquetación.

Con esta imagen metafórica en mente me he dado a la tarea (espero no cambiar de idea otra vez) de ir acomodando las escenas, capítulos y tramas conforme a un orden como en un tejido, de manera que las escenas o capítulos o episodios de cada libro (urdimbre) guarden relación y conexión en una relativa secuencia con las aledañas, más o menos próximas, sin que se siga por fuerza un orden reglamentado, pero sí ajustado a un cierto parámetro y una pauta basada en el cruce y aparición o presencia de los personajes según se vaya requiriendo. Así, algunos personajes de ficción podrán cruzarse con la biografía familiar y algunos acontecimientos de la biografía familiar podrán proyectarse en extensión o enmascaramiento en las historias propiamente de ficción.

Para usar otra imagen que ayude a comprender el proceso: en el libro uno incluyo un capítulo uno que a su vez incluye, digamos, tres escenas que, por razones de la mecánica de publicación por entregas, se presentan como episodios aparentemente sueltos si se fija uno solo en la numeración general del esquema. Eso se puede comprender mejor dando un vistazo al índice también dinámico incluido en el blog referido.

Así, en el prólogo (primeros episodios ya publicados) se incluyen las prótasis (escenas iniciales, de gancho) de los primeros ocho libros como si fueren los nudos de la urdimbre de un telar de siete líneas. El octavo libro corresponde al punto de retorno. El conjunto de la mega saga se conformará por siete telares, cada uno con siete libros como urdimbres y un octavo de retorno. pero telares además conectados entre sí por una línea de trama central que unifica al proyecto y que toma como base al personaje narrador ancla que es Homero (escenas en negro). Esto obedece a una decisión muy pragmática orientada a las dificultades de los lectores. Sería obsceno pretender un prólogo con sendas prótasis por el total de los libros, pues eso supondría confundir a los lectores con la presentación de un conjunto de personajes y situaciones, no todos relacionados. Cada telar, entonces puede ser comprendido como un bloque de producción aparte, pero dependiente al final de todo el conjunto.

Finalmente, la otra dificultad que me motiva a tener extremo cuidado en la consecución de las acciones de la saga toda es la continuidad secuencial vista no nada más en un sentido "horizontal", entre escenas de los libros con los restantes sobre la misma línea tramática, sino en sentido vertical, entre las escenas que conforman los capítulos de cada libro y su respectiva e independiente historia y estructura. Pero, además, en algunos casos en un sentido diagonal o incluso con relación a escenas muy apartadas en el tejido completo. Esta dificultad es tanto como conseguir que la mirada en el ojo derecho se corresponda con la comisura en la boca del retrato hecho como un todo en el tejido, así que la Gestalt supone una constante definitiva casi tanto como una visión casi literalmente cuántica por lo que toca a la complejidad para determinar el estado (lugar y velocidad) de una partícula.

Estos escollos propios del trabajo creativo y específicos de este mega proyecto explican en parte que incluso y contra las expectativas halla optado por no publicar como el plan original estipulaba de un episodio semanal o más, si bien escribo todos los días, no todas las ocasiones tengo listos y dispuestos los contenidos ajustados a lo previsto. Prefiero tener cuidado con lo descrito arriba y no, por forzarme a publicar, cometer el grave yerro de confundir a los pocos o muchos lectores que, como seguro sucede, esperan una lógica consecutiva entre episodio y episodio que se les presenta ya publicado y al margen de la planeación que yo, en tanto autor, pueda ir conformando.

Espero, deseo, que el proceso no derive en una pérdida de interés de parte de los lectores y, en cambio, quienes lean estas líneas se sientan acompañados, orientados en su aventura por el laberinto descomunal que voy construyendo.

Hacen falta lectores



¡AMÉ ESTE VIDEO! Lo circularé hasta el hastío, porque sé que será muy útil a muchos de mis seguidores, muchos de ellos ex alumnos a los que les sugerí en la materia de Lectura de Comprensión este entre muchos otros métodos, algunos de los cuales también se enfocan en la lectura rápida.

Hace años hacía mis cuadernos de lectura, por motivos iguales y distintos. En cierto modo lo sigo haciendo aunque ya no con la misma calma y dedicación, porque escritor como soy, llegó un punto en que tenía que leer más rápido y en abundancia para conformar los textos que escribía para el periódico, primero, y mis blogs, después, y dar tiempo también para la redacción de guiones de radio y televisión, así pasé de hacer cuadernos de lectura a simplemente subrayar y marcar los libros y en las páginas de cortesía de comienzo y final hacer mis anotaciones,  o hacerlas marginalmente. Todo lo comencé cuando elaboraba mi tesis de licenciatura, muy metódico, con fichas y cuadernos y lo continué luego para mi gusto y profesión. Llegó un momento en que me abrumó la cantidad de material recopilado y caí en cuenta que al final los cuadernos, como el diario íntimo, tienen como principal lector uno mismo. Entonces comencé a cambiar el enfoque para que, cuando yo no esté, si a alguien le interesan, propio o ajeno, pudieren también percatarse de mi proceso creativo, de los temas que me definen como persona, lector y escritor.

Llegué hace algunos años a la conclusión de que la industria editorial y de medios se ha preocupado demasiado por generar los productos, libros, telenovelas, series, documentales, filmes, etc., pero ha hecho muy poco por desarrollar el oficio que les permitiría ser aún mejores: el oficio de lector.

Con mi oficio de escritor hoy tengo claro que son dos oficios distintos, complementarios sin duda, pero cada uno tiene objetivos distintos. Hoy tenemos muchos escritores, pocos lectores (de calidad). No ha disminuido la lectura, los modernos medios y tecnologías como internet la han potenciado, pero distrayendo los objetivos fundamentales. La capacidad de análisis crítico e imaginación han quedado supeditadas a la efeméride y el apunte efímero, volátil, sujeto al prurito del consumidor.

Deseo de todo corazón que haya más lectores de oficio, para que los que además abrazamos el oficio de escritores tengamos de veras un mercado sólido, definido por razones mejores que solo utilitarias.



jueves, diciembre 02, 2021

Más razones para explicar por qué soy escritor


De vuelta al tema sobre las razones (que tengo) para definirme como escritor por sobre todo, pese a lo que pese, en la siguiente entrevista el escritor argentino Guido Segal, guionista, cineasta, ofrece con mucha claridad explicaciones que comparto al ciento por ciento. En el minuto seis dice algo que bien puede describirme en parte, parafraseo: escribo, porque escribir para mí es un reto fascinante, el reto de hacer siempre algo nuevo y no, como en otras ocupaciones o profesiones, tareas similares y rutinarias una y otra vez.

Sí, es cierto que la tarea básica de juntar palabras es rutinaria y más cuando se lo hace varias veces al día, tanto como el conducir un taxi o administrar una oficina. Pero, si hay algo que distingue a la vida del artista del resto de los mortales es que en cada acto y obra no solo sucede algo nuevo sino que consigue percibirlo como tal y transformarlo o valorarlo como la novedad que implica.

Me explico mejor. Un cirujano mete cuchillo en un pecho para trasplantar un corazón. Es una tarea más o menos de rutina en su quehacer, aun cuando no ocurra todos los días. Su entrenamiento lo prepara para actuar en consecuencia cada vez que es necesario. Al final es una cirugía, los mismos instrumentos, un corazón, un pecho que abrir y cerrar, un paciente, un hospital, unas argumentaciones para explicar el caso en el expediente y otras más simples para confortar a los familiares y otras más para refocilarse con los colegas en el convivio. Pero, cuando ese mismo médico, como el artista o el pintor se detiene en los detalles de cada elemento, la sintomatología, la historia detrás del paciente como persona, la luz del día a la hora de la intervención, antes y después, las inquietudes de los colegas que le asisten en el momento, entonces la cirugía se vuelve única, especial, distinta de cualquiera otra en el pasado o el porvenir.

Así, el trabajo de uno como escritor es en ese sentido un reto fascinante que consiste en dirimir con lo novedoso. Porque la descripción de ahora, aun habiendo abordado el mismo tema antes, lo presenta desde otra óptica, considerando particularidades que lo hacen complejo, pletórico de aristas desde las que se puede asir de mil maneras, para bien o mal. Cada idea armada en un párrafo o sugerida entre líneas permite hacer una lectura variada del mismo árbol en el parque, de la misma historia sobre un amor bien o mal avenido, una aventura inquietante, épica, o un carácter patético.

No hay nada nuevo bajo el sol, reza el dicho. Y es cierto, solo bajo cierta circunstancia, cuando quien quiere tapar el sol con un dedo pretende que todo lo demás puede ser cubierto o descubierto de la misma manera. Sin embargo, tal certitud de falta de novedad evidente pasa por alto el examen analítico de lo que se muestra a los sentidos. Si bien el sol sale para todos, no lo hace siempre por el mismo punto, aun cuando haya un cartabón de reglas y leyes naturales que expliquen que incluso esas variantes son parte de eso mismo. La sombra proyectada desde el este a una hora es diferente a otra y en otro día y según el clima y según las condiciones del entorno, no es lo mismo un árbol en medio del bosque que ese mismo árbol, en su lugar de siempre, como sobreviviente de una tala, entonces la cosa cambia. Y de ahí que es importante la actitud estética como factor de sensibilidad para, como hace el tejedor, tramar las combinaciones que hagan de la fija urdimbre un tapiz de maravillas.

Escribir es tejer; y viceversa. Y el tejido encierra una forma de ser como explico yo, también en el segundo video.



martes, noviembre 30, 2021

ACHICANDO


En el interés y afán por organizar todos mis contenidos tanto de este blog como de otros espacios, he venido tomando algunas decisiones que se antojan drásticas. Una de ellas es la que compete a la existencia de un blog por el que tengo mucho cariño pero que a estas fechas en realidad más le vale ser absorbido en este lugar dado que es ya mi casa central. Sí, podría incluir un vínculo en el costado para llevar a ese blog. No lo hago porque resultaría más farragoso, complicarme la vida con la multiplicación de canales cuando lo que ahora quiero es simplificar mi labor creativa tanto como la tuya, amigo lector, en la búsqueda y disfrute de lo poco o mucho que puedo aportar a la informasfera, la blogosfera, con mis publicaciones variopintas.

Así, desde hoy encontrarás mis ensayos acopiados bajo la etiqueta "Elogio de la Lectura" aquí mismo, dando con ello una unidad integrada a la obra que se relaciona con el objetivo concreto de este blog que funciona como marquesina y perfil propio en tanto escritor y comunicólogo. En el momento que considere pertinente podré pensar, por qué no, en reunirlos como un volumen imprimible en formato PDF o ePub. Ya se verá.

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Sobre el proceso de escribir



Hace unos días miré unos videos en los que se entrevistó al artista de fama mundial Miguel Bosé acerca de la publicación de su primer libro, uno de corte autobiográfico. Alguna de las entrevistas, concretamente la realizada por el colega periodista mexicano Javier Poza resultó infructuosa y el mismo se limitó a publicar una reseña del hecho en el que no dejó muy bien puesto al autor quien estalló furibundo al ser cuestionado sobre el proceso creativo para escribir esta obra.

Personalmente hice algunos comentarios debajo de esos videos. Quiero no obstante rescatar uno que toca a mi quehacer de forma directa.

En uno de esos comentarios explicaba a quien me había replicado mis argumentos que sí, en efecto, Miguel Bosé había respondido al vuelo un poco, en una de esas entrevistas. Aunque su descripción como respuesta a la pregunta de cómo abordó la relación entre el Bosé adulto y el Bosé niño (minuto 17:40) refiere a juegos de puntos de vista narrativos. El hecho de asociar la narración en tercera persona (voz en off) característica del narrador omnisciente como la vista cinematográfica de la cámara sobre el sujeto (lo que sucede desde el segundo capítulo del libro) no significa que haya sido un acierto o un error por sí mismo como transición descriptiva del punto de vista. Sí pudo ser ello motivo de la probable confusión de parte de Poza y que al plantearle el cuestionamiento con una fórmula más pragmática haya chocado al artista, quien no es escritor de oficio, que no esperaba una pregunta tan instrumental y administrativa que, por otra parte, no tuvo nada de particular aunque se antoja provocativa.

Una cosa es hablar sobre el proceso creativo en la selección de las voces, planos, secuencias, planeación, puntos de vista, desarrollo de conflicto, personajes, cruce de subtramas y otra muy diferente hablar de la manera como el escritor, en tanto obrero, puede llegar a organizarse en soledad o con un equipo para conformar el producto final.

Ciertamente, cuando intervienen más de dos manos en la elaboración de una obra artística como un libro y sobre todo en un libro, es de notarse en más que solo el cambio de punto de vista la participación multitudinaria, bipartita, tripartita o como sea en el proceso creativo por el solo hecho del cambio estilístico. Si el cambio entre voces, planos, puntos de vista está hecho por el mismo autor, el estilo no cambia por más que se esfuerce el escritor, hay una voz propia en las entrelíneas, en la consecución de las palabras y los enunciados que da una latencia específica. Si entra otra voz, esta más pronto que tarde se da a notar de la misma forma. Si yo le pido a alguien más que continúe escribiendo este comentario a partir de mi idea base, tú y cualquiera notará en qué momento entró esa otra voz por la manera de redactar, la ortografía, las pausas, los vocablos utilizados, el ritmo, la cadencia, los matices y tonos que, aun disfrazados en situaciones, diálogos, tratando de copiar a la realidad, acaban por ceder al estilo personalísimo de cada cual. Por eso las novelas escritas al alimón entre varios escritores terminan siendo un fiasco, no por malas o mal construidas, sino porque, aun siendo estupendamente planeadas, acaban como una mezcolanza de  formas de pensar, sentir y decir que no se disfruta al ciento por ciento. En esos casos es mejor dictar y que sea uno solo quien acopie, redacte, dé forma y sintetice lo que el resto aporta a la historia, al texto, unificando así el estilo: lo escribieron Chucho, Jacinto y José, aunque lo redactó Teresa (caso típico de muchas autobiografías).

Narrar y describir usando distintas voces no es sencillo y sí puede darse de forma involuntaria. Requiere mucho cuidado y mucha precisión para que la voz narradora no absorba el control de lo que se pretende contar pues de la voz depende el efecto buscado. Ejemplo: actualmente —y como quienes me siguen ya saben— me encuentro escribiendo por entregas mi mega saga Calima. En el cuarto episodio en particular se puede notar un cambio hecho a propósito entre dos voces narrativas. Al comienzo empleo la conjugación en presente, para plantear un presente histórico que instale al lector directamente en el lugar, entre los personajes y lo haga vivir la sensación. Después, usando el presente deslizo entre la narración y la descripción usando la explicación e introduciendo ideas en conjugación pasada para no ocasionar fallas de concordancia gramatical entre párrafos, tras lo cual me distancio como narrador y me vuelvo a una conjugación en tercera persona no solo omnisciente sino omnipresente, atendiendo a dos lugares y dos puntos de vista distintos que a su vez implican puntos de vista particulares según el personaje a destacar.

Si yo fuera Bosé cuestionado sobre el proceso creativo y  respondiera algo como lo anterior, tú, amigo lector quizá te vieras impelido a ahondar más en la obra no solo como factura, sino como ente vivo que tiene algo que aportar a tu existencia, tu pensar, tu sentir.

Esto es importante porque el proceso de escribir no se limita solo al rasgueo de la pluma en la libreta o al teclear sobre la máquina componedora, sea mecánica o electrónica. No se limita a planificar la idea y su desarrollo o a dejar que la inspiración guíe a tontas y a locas, mágicamente. No se limita siquiera a narrar y describir a lo bruto lo que viene a la cabeza. Es un todo complejo, una verdadera profesión artística que, por cierto, no ha sido debidamente valorada, a veces subvaluada, a veces sobrevalorada.


domingo, octubre 10, 2021

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Apostillas a Laberinto Bestial 1 - De cómo surgió y cómo leerlo



Tal como prometí en algún artículo previo, pongo ahora a tu consideración, amable lector, las siguientes apostillas al que fuera mi segundo libro publicado (si consideramos mi tesis de licenciatura, que también estoy rescatando en forma de blog y cuya liga hallas en la columna de la izquierda), Laberinto Bestial 1. Semillero de Indicios.
La siguiente carta que escribí al famoso, insigne periodista mexicano Jaboco Zabludovsky para acompañar el paquete conteniendo mis primeras obras para ponerlas a su consideración y en la esperanza de que, lector ávido que era, pudiera reseñarlas en su programa radiofónico; esta carta, digo, contiene las claves de ayuda para una mejor o por lo menos más clara, guiada lectura de aquel primer libro y juguete literario que es mi Laberinto Bestial.
La misiva tiene su historia propia. Luego de que alguna amistad, tras leer mi libro, me dijo que no entendió ni madres (esperaba una novela lineal en su estructura y nunca se percató de que es una especie de compendio de historias y la trama se encuentra encastrada, oculta en el conjunto) supuse que para efecto de una reseña periodística podría ser de utilidad trazar el derrotero para mover a los lectores a entrar y salir en el libro sin temor a perderse, aunque ello pueda suponer medrar el lector en la interpretación con menoscabo de la diversión que implica adentrarse en la aventura del descubrimiento, el misterio y desentrañar los indicios que permiten la comprensión de un asunto como un ejercicio intelectual de desarrollo personal.
Así, la líneas siguientes obedecieron a ese afán. Ignoro si Jacobo leyó la carta, si leyó mis libros, pues meses después falleció
Hoy abro este archivo, lo hago público y lo comparto con todos ustedes.

La carta y la ruta crítica


Naucalpan de Juárez, Estado de México, a 28 de enero de 2015

Distinguido y siempre admirado Jacobo [Zabludovsky]:

Primero que nada ofrezco una disculpa por la familiaridad al referirme a usted, don Jacobo, quizá lo que diré en las siguientes líneas me excuse lo suficiente y comprenda así el motivo de esta carta como el del presen-te que la acompaña.

Le conozco a usted desde que yo era niño. Alguna vez se lo conté en una carta semejante con que acompañé mi tesis de licenciatura en Ciencias de la Comunicación, por lo que no entraré en muchos detalles. Ignoro si aún conserva esa tesis intitulada Estética y Comunicación. En busca de una actitud estética que es un orgullo para mí porque resultó favorecida con una mención honorífica en el VI Concurso de Tesis organizado por CONEICC en 1991, o incluso si guarda aquella misiva, no obstante albergo la ilusión de que así sea.

Al toro, como usted dice. Acompaña a esta misiva un par de libros de mi autoría. No son mis primeras obras, si consideramos que luego de aquella tesis (pensada para publicarse y en esa tarea ahora me encuentro) prácticamente toda mi vida profesional me he dedicado a escribir lo mismo guiones para radio y televisión que artículos de opinión como columnista que fui de El Universal entre 1989 y 1998 aproximadamente, escribiendo bajo el seudónimo J. Antonio Castillo de la Vega la columna “Paréntesis”. Sin embargo sí pueden considerarse mis óperas primas salidas del alma, no porque en lo otro no ponga el corazón, sino por la entrega profunda.

La historia de Laberinto Bestial 1. Semillero de Indicios es larga y la resumo. Originalmente lo escribí hace 26 años, siendo universitario todavía, como una antología de cuentos que llevaran entre sí más o menos relación y que pudieran ser leídos de forma, como llamaba yo entonces “interactiva”. Lejos estaba de imaginar que un decenio después la interactividad sería un hecho cotidiano por virtud de los nuevos medios electrónicos. En alguna ocasión lo llevé a un par de editoriales sin que causara interés. Buscaban novelas o ensayos. Algún editor me recomendó dejar reposar en el cajón la obra. Así hice. Mientras tanto, yo seguí escribiendo lo que demandaba mi profesión, el oficio, con el gusto de siempre y continué dando rienda suelta a la pluma en la poesía y explorando además otros géneros, dejando todo acumularse en las libretas y los cajones.

En 2009 falleció mi adorada madre, María Teresa Torres Pallares quien lo conoció. Quizá usted a ella ni la recuerde. Ella me contaba cuánto lo admiraba desde que lo conociera como compañero de banca en unos cursos de Filosofía que impartían en la Universidad Obrera (que por alguna razón muy respetable usted ha negado haber pasado por las aulas de la universidad creada por Lombardo Toledano), donde ella además de ese tema estudió taquimecanografía y literatura, esto allá por finales de los años cuarenta. “¡Cómo me gustaba ese güerito!” decía mi madre. Y desde entonces en casa siempre se refería a usted como “Mi Jacobo”. Dos amores platónicos tuvo ella: usted y su amigo el cantante Raphael. Años después se daría el reencuentro cuando ella gestionó una visita a su estudio de televisión, al programa que transmitía los sábados por la mañana en Televicentro, entonces recién llamado Televisa, para que asistiéramos los compañeros de sexto de primaria que formábamos parte del staff de circuito cerrado de televisión de mi escuela, los Colegios La Salle del Estado de México. Años antes, teniendo yo 7 de edad, tuve oportunidad de conocerle en persona, a la distancia, en el Auditorio Nacional, durante un espectáculo, creo que del Hollyday on Ice, si no me falla la memoria. Entonces quedé prendado de su hija y escribí mi primer poema. Lo quiero mucho, aunque es una bazofia literariamente hablando. Tengo a bien o a mal no deshacerme de ninguna de mis “criaturas” en las letras y aunque soy dado a corregir, no meto demasiado la mano por preferir que la frescura sea la determinante del decurso de una obra.

Perdone la digresión. Tras el fallecimiento de mi madre, una amistad me instó a que me dedicara más de lleno a escribir. Tanta era mi depresión... Viví con mi madre toda mi vida, desde el primer minuto de mi existencia hasta el último de la de ella, 46 años. Nunca sostuve relación con nadie en particular. En fin, movido por la solicitud de esta amistad puse manos a la obra y decidí que era momento de desempolvar mis múltiples proyectos y qué mejor que empezar con un libro ya “terminado”. Le di la vuelta para transformarlo de un libro de cuentos en una obra híbrida, una novela-antología que justificara la idea de la “interactividad”, pero ahora aprovechando las bondades de la tecnología. Desafortunadamente, más pronto que tarde me percaté que lo-grar esa interactividad me implicaría pago de derechos a compositores y mucho más trabajo de programación para el cual no estaba yo preparado ni contaba con los recursos o conocimientos. Así que opté por simplemente incluir dentro de la obra los “indicios” que permitan al lector establecer o descubrir los nexos. La interactividad queda a expensas de la voluntad del lector que puede leer la obra ya desde el comienzo, el final o por donde se le dé la gana. Pues la trama central de la novela es encastrada, es decir que está recortada y distribuida a manera de una rara cremallera o rompecabezas que el lector ha de integrar del modo como su leal saber y entender le permita, pues solo doy claves. El lector puede perderse en el laberinto, sobrevolarlo, adentrarse o hallar la salida. Encontrará capítulos-cuentos que no llevan relación y no llegan a ningún lado, que son “puertas y salidas falsas”, y otros serán como túneles o puentes de interconexión. Abandonar la lectura es tan-to como declararse perdido y a la espera de que llegue otro al rescate. Ese otro será el volumen dos que actualmente estoy en proceso de escribir: Laberinto Bestial 2. La marca del laberinto al alimón con una joven modelo y actriz Dann Cole, segundo de tres tomos de esta “saga”.

La historia central gira alrededor de la desaparición de un escritor que ha dejado materiales truncos de su próximo libro a su editor, quien por razones mercadológicas y desesperado se ve en la necesidad de armar el primer volumen (ahora en sus manos). El escritor pretende armar una historia de historias, en la que cuenta un tórrido romance entre un hombre de mediana edad, entre 45 y 55 años, y una joven veinteañera, inspirado en el mito de Teseo y Ariadna. Es pues, una novela en capas que se yuxtaponen y hacen “necesaria” la intervención de múltiples y narradores, aun cuando hay uno que es el principal, no es el escritor y queda en el misterio.

Laberinto Bestial 1 entonces es una obra que invita a la divergencia. Laberinto Bestial 2 y 3 serán en definitiva lineales y de lectura secuencial y resuelven los vacíos del primero.

Si usted quiere leer el libro que finalmente auto publiqué en 2011 como antología de cuentos, no pasa nada, solo que hallará que algunos aparentemente están mal escritos, o sin final o son vagos o crípticos, los nombres de los personajes y las situaciones pueden ser enmascaramientos que ocultan pistas. Si lo quiere leer como novela, en las siguientes líneas le recomendaré un derrotero. Sea lo primero o lo segundo es un libro para ver-se como juguete literario y usted, como lector, llena los huecos.

El derrotero que le recomiendo a usted para facilitar la lectura, con base en el contenido:

Trama de Homero Núñez “Cuentero”

  1. Advertencia
  2. Espejo recurrente
  3. ¡Oh vosotros que entráis!...
  4. Laberinto de Indicios
  5. Carta al editor 1/6
  6. Carta (al editor) 2/6
  7. El terodáctilo psicodélico
  8. La caza del pentacornio
  9. La mujer serpiente
  10. Realidad y Ficción
  11. Claro de luna
  12. Siempre
  13. De cuando en cuando
  14. Convergencias
  15. Espejismo
  16. Quahutihuacan
  17. Claves, como sueños rotos
  18. Dos soledades equis (instantáneas)
  19. La propuesta del Fénix
  20. Fijad el final
  21. Historia de chat 7/44

Subtrama de Orestes Crisomallón

  1. Advertencia
  2. Carta del editor 1/15
  3. Carta del editor 3/15
  4. Carta del editor 6/15
  5. Historia de chat 7/44
  6. Retazos de título pendiente

Subtrama de Konstantinos y Mármara

  1. Retazos de título pendiente
  2. Virajes y puertas
  3. Sin sangre ni arena
  4. Historia chat 9/12
  5. Alcyon

Subtrama Teseo-Konstantinos

  1. El árbitro de su fortuna
  2. Aspiro a ser tú
  3. Fatales primeros pasos
  4. A golpe de fuego y clava
  5. Un nuevo capítulo

Subtrama Alcides

  1. Trazos de gubia
  2. Porque el “hubiera” sí existe

El segundo libro que acompaña a esta carta es mi primer poemario Por causa de un Amar Tal. De él no diré mucho, solo que lo escribí en escasos meses. Incluye en su mayoría poemas escritos en la misma época que modifiqué la anterior obra y que conocí a cierta dama que me arrebató los sentidos, solo los sentidos. Varios de esos poemas, por coincidencia conectan con mi Laberinto Bestial, por lo que de algún modo, guardando relación, es una especie de pista o indicio no hecho al propósito, pero ayuda. Se trata de poemas romántico-eróticos creo que de buen gusto.

Opté por auto publicar ambos títulos, que actualmente solo se pueden encontrar en Amazon, Noble&Barnes, Lulu.com (si bien mi fallo está justo en la difusión y las ventas) porque, hoy, entrar por medio de una editorial y sin respaldo de alguna clase es muy desgastante. No hay agentes literarios que valgan la pena, además de ser muy pocos y con preferencia por las plumas “consagradas”; o son extranjeros.

Mi afán, como es de suponerse, es de esperanza: espero, sueño con que algún día mis modestas aunque pretenciosas letras puedan dejar indicios, huellas, señas en la literatura de mi país, en el gusto de los lectores y por supuesto de nuestra amada lengua española. Comienzo mi “carrera literaria” tardíamente, pero es mi intención que se consolide, paso a paso, aunque eso implica, ya lo sé, muchos sacrificios pues el camino de las letras, ya se sabe, es tanto objeto de vilipendios como de loas, de hambre como de satisfacción. Espero que la lectura de mis obras le resulte grata y las considere dignas de recomendar a otros lectores y, por qué no, a editores de su conocimiento.

No le quito más tiempo, ya me amplié bastante. Quede que le extienda un afectuoso abrazo y le exprese mi más sincero reconocimiento por todos sus logros.

Desde la página de mi sitio puede usted saber más de mí así como otras muchas cosas que escribo en mis variados blogs.

Quedo de usted, su amigo y admirador.